El trastorno depresivo persistente o distimia, es un trastorno que se caracteriza por un ánimo deprimido la mayoría de los días y durante al menos dos años. Este trastorno puede comenzar con un episodio depresivo mayor, y estos episodios también pueden presentarse a lo largo del trastorno depresivo persistente.
Durante los períodos de ánimo deprimido se presentan al menos dos de los seis síntomas siguientes: poco apetito o sobrealimentación, insomnio o hipersomnia, poca energía o fatiga, baja autoestima, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones, sentimientos de desesperanza.
Cuando el inicio del trastorno es temprano, estos síntomas forman parte de la experiencia diaria del paciente y éste puede tener la impresión de que siempre ha sido así. En caso de que los síntomas desaparezcan de forma espontánea, esta mejoría no dura más de dos meses (1).
Existen diferentes elementos que intervienen en el desarrollo de este trastorno, entre ellos encontramos factores temperamentales como el neuroticismo, el cual es una dimensión de la personalidad que va de la estabilidad a la inestabilidad (2). Las personas con altos niveles de neuroticismo tienden a experimentar más frecuentemente emociones negativas como ansiedad, rabia, culpa o depresión, lo que les convierte en más vulnerables a presentar trastornos mentales. Por otra parte, están los factores ambientales como por ejemplo la pérdida de los padres o su separación, el vivir experiencias adversas o traumáticas, etc. Por último, factores genéticos o fisiológicos, como tener antecedentes familiares de trastornos mentales y en particular trastornos depresivos, así como sufrir desajustes en algunas sustancias químicas del cerebro llamadas neurotransmisores como la norepinefrina, la serotonina o la dopamina (1,3,4).
El trastorno depresivo persistente afecta en algún momento de la vida al 4% de la población en Europa. Puede aparecer a cualquier edad, pero tiende a surgir a una edad temprana (infancia, adolescencia o juventud), de forma lenta y progresiva, llegando a afectar el funcionamiento social y laboral de las personas que lo sufren (5).
El tratamiento del trastorno depresivo persistente o distimia se realiza por medio de terapia farmacológica (medicamentos antidepresivos), terapia psicológica (principalmente terapia cognitivo conductual) o una combinación de ambas. La elección del tipo de tratamiento dependerá de factores como la gravedad de los síntomas, los tratamientos previos, la presencia de otros trastornos o problemas que requieran tratamiento, la tolerancia a la medicación y las preferencias del paciente (6).
Los objetivos de la terapia psicológica para el tratamiento de este trastorno son: identificar las conductas que contribuyen a la depresión y que la empeoran, identificar los pensamientos negativos relacionados con la depresión y sustituirlos por otros más saludables, mejorar la capacidad del paciente para enfrentar los problemas y resolverlos, ayudar a que el paciente explore nuevas actividades que le proporcionen estímulos positivos y que le proporcionen satisfacción, mejorar la capacidad del paciente para relacionarse socialmente y aumentar su autoestima, y finalmente, hacer que los síntomas de la depresión sean más manejables y menos intensos.
Referencias
1. American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, 5th Edition. Arlington, VA: Authors, 2013.
2. Eysenck, HJ. Dimensions of personality. New York: Praeger; 1947.
3. Griffiths J, Ravindran A V, Merali Z, Anisman H. Dysthymia: a review of pharmacological and behavioral factors. Mol Psychiatry [Internet]. 2000;5(3):242–61. doi:10.1038/sj.mp.4000697
4. Cheng H, Furnham A. Personality, self-esteem, and demographic predictions of happiness and depression. Pers Individ Dif. 2003;34(6):921–42.
5. Alonso J, Angermeyer MC, Bernert S, Bruffaerts R, Brugha TS, Bryson H, et al. Prevalence of mental disorders in Europe: Results from the European Study of the Epidemiology of Mental Disorders (ESEMeD) project. Acta Psychiatr Scand. 2004;109(SUPPL. 420):21–7.
6. Cuijpers P, Van Straten A, Van Oppen P, Andersson G. Are psychological and pharmacologic interventions equally effective in the treatment of adult depressive disorders? A meta-analysis of comparative studies. 2008;69(11):1675–85.
Si quieres iniciar tu terapia, pide cita en la consulta de Barcelona, ya sea llamando por teléfono o a través de esta web. Si no puedes desplazarte hasta aquí, pide información sobre la terapia online y empieza tu tratamiento sin salir de casa.