Todos en algún momento nos hemos encontrado frente a un problema. Cuando nos faltan herramientas para poder enfrentarlo, éste puede generar, tanto a corto como a medio o largo plazo, un malestar significativo. Por ello, hoy os hablamos sobre la resolución de problemas.
Desde la Real Academia Española (s.f.) encontramos las siguientes definiciones sobre “problema”:
- m. Cuestión que se trata de aclarar.
- m. Proposición o dificultad de solución dudosa.
- m. Conjunto de hechos o circunstancias que dificultan la consecución de algún fin.
- m. Disgusto, preocupación.
Entendemos entonces que un problema es una situación que genera preocupación o malestar y que es importante poder solventar.
¿Qué significa resolver un problema?
La resolución de problemas implica tomar cartas en el asunto y empezar a resolver la causa concreta que genera el problema para que este deje de existir. Cuando vamos a resolver un problema, a grandes rasgos nos podemos encontrar con dos situaciones:
- El problema se resuelve de forma positiva y la relación entre las partes implicadas sale reforzada, obteniendo un beneficio de cara al futuro.
- El problema se resuelve de forma negativa, la relación entre las partes por lo tanto, sale perjudicada, pudiendo aflorar de nuevo el problema a corto o medio plazo.
Además, para que un problema pueda solucionarse, deben darse las siguientes premisas:
- Las partes implicadas han de ser conscientes de que existe una situación que debe ser resuelta y a la que deben prestar atención
- Las partes implicadas deben poner en funcionamiento todos los mecanismos, herramientas y recursos necesarios para solventarla de forma lo más satisfactoria posible
Es importante tener presente, que tanto los problemas como la resolución de problemas, se suelen vivir como conceptos negativos, ya que: se relacionan muchas veces con soluciones agresivas, donde siempre hay un ganador y un perdedor, hay que invertir tiempo, esfuerzo y recursos, etc. Por ello, y para poder enfrentarnos desde una perspectiva más realista, debemos comprender que, los problemas forman parte del día a día de todos, permitiéndonos relacionarnos, desarrollarnos y crecer como personas, por lo tanto, estos van a seguir existiendo, la diferencia está en como los afrontamos.
¿Cómo resolver un problema?
A continuación, os explicamos los pasos a seguir para aplicar la resolución de problemas:
1. Definición y formulación del problema
En esta primera fase describiremos el problema a afrontar, sin valorarlo, de la forma más precisa posible. Recogeremos toda la información a la que tengamos acceso sobre este problema para poder comprenderlo lo mejor posible, buscando también llegar a poder entender por qué este se mantiene.
Una vez descrito, pasamos a valorar los objetivos, ¿qué queremos obtener con al resolver este problema? Es importante definir estos objetivos de forma concreta, específica y sobre todo, realista.
Finalmente, una vez definido correctamente, reevaluamos la importancia de el problema. Valoramos los beneficios y los costes que resolver el problema nos va a traer a corto y largo plazo.
2. Generamos soluciones
Para ello, recurriremos a la lluvia de ideas, es importante obtener un buen número de alternativas, que sean diversas y creativas, lo más específicas posibles, procurando no centrarnos únicamente en las soluciones que solemos poner en práctica.
3. Toma de decisiones
Hacemos una primera criba en la que eliminaremos tanto aquellas potenciales soluciones que impliquen consecuencias negativas inaceptables y aquellas que no podamos llevar a cabo por falta de recursos, habilidades y otros.
En función de las posibilidades restantes, establecemos cuales podrían ser sus resultados, sus consecuencias a corto y largo plazo (positivos y negativos), hacemos una ponderación en función de estos valores y escogemos aquella solución cuya puntuación positiva sea más alta.
Podemos valorar también si aplicaremos una única solución o si combinaremos varias.
Finalmente planificamos como se llevará a cabo.
4. Aplicación de la solución y evaluación de los resultados
Ponemos en práctica la solución para comprobar que funcione. Al aplicarla es posible que aparezcan obstáculos externos o internos (falta de apoyo/colaboración por parte del resto de implicados, falta de habilidades, etc.), si estos nos impiden aplicar la solución, valoramos la forma de superarlos; en caso de que no sea posible, buscamos una nueva solución que podamos aplicar de forma más eficaz, teniéndolos en cuenta.
Bibliografía:
Aitken, M. et al (2021) Problem-solving training as an active ingredient of treatment for youth depression: a scoping review and exploratory meta-analysis. BMC Psychiatry, vol. 21(1). DOI: 10.1186/s12888-021-03260-9
Bados, A. y García Grau, E. (2014). Resolución de Problemas. Barcelona: Universitat de Barcelona. Recuperado de: https://diposit.ub.edu/dspace/handle/2445/54764
Real Academia Española (s.f.) Problema. En el Diccionario de la lengua española. Recuperado el 09 de junio, 2023, en https://dle.rae.es/problema
