El sueño juega un papel crucial en la salud mental. La falta de sueño o el sueño de mala calidad pueden tener efectos negativos en el estado de ánimo, la cognición y el comportamiento, y pueden aumentar el riesgo de problemas de salud mental. Algunos de los efectos negativos del sueño insuficiente o de mala calidad en la salud mental incluyen:
- El estado de ánimo: La falta de sueño puede provocar cambios en el estado de ánimo, como la irritabilidad, la tristeza y la ansiedad. La falta de sueño también puede empeorar los síntomas de la depresión y la ansiedad.
- La cognición: La falta de sueño puede afectar la capacidad de pensar con claridad, la memoria y la toma de decisiones. La privación del sueño también puede afectar la capacidad de atención y concentración.
- Riesgo para desarrollar o empeorar trastornos de salud mental: La falta de sueño puede aumentar el riesgo de trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad, el trastorno bipolar y la esquizofrenia. La privación del sueño también puede exacerbar los síntomas de estos trastornos.
- Respuesta al estrés: La falta de sueño puede afectar la forma en que el cuerpo responde al estrés, aumentando la respuesta de lucha o huida y disminuyendo la capacidad del cuerpo para recuperarse del estrés.
- Salud física: La falta de sueño puede aumentar el riesgo de enfermedades físicas, como la obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares. Estas condiciones pueden a su vez afectar la salud mental.
La relación entre el sueño y la salud mental ha sido ampliamente estudiada en la literatura científica. En los últimos años, se ha demostrado que la falta de sueño o el sueño de mala calidad pueden tener efectos negativos en la salud mental, aumentando el riesgo de problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y los trastornos de la personalidad.
En un artículo publicado en Neuroscience & Biobehavioral Reviews en 2021, Lucero y sus colaboradores revisaron los mecanismos neurobiológicos que relacionan el sueño y la salud mental, así como el potencial de las intervenciones para mejorar la salud mental a través del sueño. El artículo concluyó que los trastornos del sueño y la salud mental están estrechamente relacionados y que las intervenciones que mejoran el sueño pueden tener efectos beneficiosos sobre la salud mental. Otro estudio muestra que ya en chicos adolescentes, una mala calidad y duración del sueño aumenta el riesgo de desarrollar síntomas de ansiedad y depresión (Song y cols. 2021).
Czeisler y colaboradores revisaron en 2020 la carga global de enfermedades relacionadas con el sueño, incluyendo enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad, trastornos mentales y neurodegenerativos, entre otras.
Su impacto en la salud pública es significativo y por ello la prevención y el tratamiento de la falta de sueño y los trastornos del sueño son importantes. Cambios en el estilo de vida y en la educación, así como terapias orientadas a mejorar el sueño, como la terapia cognitivo-conductual o la terapia farmacológica, pueden ser muy necesarios para mejorar esta tendencia.
Para mantener una buena salud mental, es importante dormir lo suficiente y mantener un buen hábito de sueño. Las recomendaciones generales para adultos incluyen dormir de 7 a 9 horas por noche, tener un horario regular para acostarse y despertarse, mantener una habitación fresca, oscura y tranquila para dormir, y evitar el uso de pantallas y otros dispositivos electrónicos antes de acostarse. Si se experimentan problemas de sueño o síntomas de problemas de salud mental, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental capacitado.
Czeisler, C. A., Howard, M. E., y Robbins, R. (2020). Sleep and the Global Burden of Disease. Current Sleep Medicine Reports, 6(4), 197-202.
Lucero, B. G., Winiger, E., Murphy, M., y McRae-Clark, A. (2021). Sleep and Mental Health: A Review of Neurobiological Mechanisms and the Potential for Intervention. Neuroscience & Biobehavioral Reviews, 129, 89-97.
Song, H., Zhang, J., Xu, H., Wu, Q., y Zhu, S. (2021). Associations of sleep duration and quality with anxiety and depression symptoms in a cohort study of US adolescents. Journal of Affective Disorders, 284, 105-111.