Siguiendo el tema de la comunicación que ya hemos ido tratando en nuestro blog en publicaciones como: Comunicación no violenta, ¿Qué es la comunicación asertiva? y Poner límites: Aprender a decir NO, introducimos las habilidades de comunicación. En esta ocasión, tratamos la escucha activa.
¿Qué es la escucha activa?
Ésta es una forma de comunicación en la que debemos encontrarnos presentes (con todos los sentidos) para captar toda la información posible a través de estos; no solo lo que se emite verbalmente, también debemos tener en consideración la comunicación no verbal, haciendo además que la persona que nos está hablando, sepa también que la estamos escuchando de forma activa.
¿Cómo podemos ejercer la escucha activa?
- Estar atentos a nuestro diálogo interno: los estímulos externos, generan reacciones internas (pensamientos, emociones y conductas. Es importante conocer nuestro propio estado interno, el cual puede tanto estar en consonancia o conflicto con lo que escuchamos. Cuando entramos en conflicto con aquello que nos explican, es posible que esto desencadene reacciones automáticas que choquen con prestar atención a la conversación original y deriven en llevar la conversación a nuestro terreno. Por ello debemos parar y tomar consciencia sobre lo que estamos pensando y sintiendo antes de intervenir.
- Hacer preguntas abiertas, siempre esperando un silencio o pausa, no apresurando su respuesta, de esta forma permitimos al emisor desarrollar y ampliar sus descripciones o argumentos, mucho más que con preguntas cerradas que puede responder con monosílabos.
- Resumir y parafrasear, ayudándonos a confirmar tanto que hemos comprendido lo que nos están explicando (dando pie a que nos puedan corregir en caso de que no lo estemos entendiendo todo correctamente) como al emisor, que estamos atentos.
- Dar respuestas coherentes con la conversación que estamos escuchando. Por ejemplo, en caso de que el emisor nos esté hablando de animales, mantendríamos la conversación dentro de esta temática.
- Hay que recordar que el lenguaje no verbal también forma parte de la comunicación y debe ser congruente con aquello que queremos transmitir. Por ejemplo: si queremos transmitir que estamos escuchando de forma activa y sentimos interés en lo que se nos explica, no haremos gestos que puedan interpretarse como aburrimiento, como podría ser bostezar, mirar el reloj, etc.
- Cuando queramos aportar información (siempre relacionada con lo que estamos escuchando), es preferible hacerlo desde la primera persona, desde la vivencia personal, con la intención de sumar a lo que ya está puesto sobre la mesa, evitando invalidar lo que nos estén contando.
¿Qué no hacer cuando queremos escuchar de forma activa?
- No estar en acción. La atención debe estar en quién habla, la escucha activa no se produce mientras estamos en movimiento, aunque el medio en el que escuchamos nos lo permita (ej.: un teléfono móvil), ya que cuando realizamos más de una actividad a la vez, la atención se divide.
- No debemos interrumpir, juzgar ni imponer nuestras ideas. Es importante mantenernos abiertos y flexibles, dejando que el emisor termine su argumento antes de intervenir.
- Invalidar sus emociones y opiniones
- No seguir otras conversaciones al mismo tiempo. La escucha activa es muy parecida a la atención plena, implica estar totalmente presente y atento sobre la conversación que estamos manteniendo, evitando distraernos con el ruido que nos rodea.
¿Cuáles son los beneficios de ejercer la escucha activa?
Esta habilidad, nos facilita una serie de ventajas o beneficios, como son:
- Da lugar a poder empatizar y comprender mejor al emisor
- Nos permite crear un ambiente más amigable, donde la persona con quien nos comunicamos, al sentirse escuchado, tendrá también una mayor disposición para escucharnos, facilitando así un espacio en el que desarrollar relaciones personales recíprocas
- Nos ayudará a evitar conflictos, ya que al captar mejor lo que el emisor nos quiere comunicar, minimizaremos los malentendidos
- Nos permite darnos tiempo para pensar antes de hablar y/o actuar, de nuevo, ayudando a evitar conflictos
Al tratarse de una habilidad que utilizamos de forma inconsciente, es posible que al principio nos resulte más complicado aplicarla, pero con tiempo y práctica, es posible adquirirla. Desde Psyclinic, recomendamos que, en caso de tener dificultades con las habilidades de comunicación, sobre todo cuando estas dificultades generan un malestar e interfieren en las distintas áreas de tu vida, acudas a un especialista que te ayude a desarrollarlas.
Bibliografía:
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